Aprendizajes extremos en tiempos extremos
- por Shadya Karawi-Name
- 13/05/2020

La vida siempre nos da lo que necesitamos. Aunque no siempre nos demos cuenta o lo entendamos, cada situación que se nos presenta cumple un profundo propósito de amo en nuestras vidas.
Como humanidad, hemos atravesado una experiencia colectiva que nos ha transformado. A ningún ser sobre la Tierra le ha dejado indiferente. Algunos, lo han vivido con mayor intensidad, con mayores restricciones, con mayor cuidado. Para otros, sigue pareciendo algo lejano y no han tenido que hacer muchas modificaciones en su día a día. Hace un par de meses, se empezó a hablar de un virus que empezó en oriente y a día de hoy, ya ha cruzado los océanos y se ha asentado en todos los continentes.
Todos, gobernantes y ciudadanos por igual, hemos estado haciendo lo mejor que hemos podido para adaptarnos a una nueva realidad. Lo hemos hecho de la mejor forma en la que hemos podido y, sin duda, nos quedan grandes lecciones. La mayor parte de los ciudadanos hemos tenido que estar confinados en nuestras casas.
Hemos tenido que quedarnos adentro, y, lo que me parece al mismo tiempo profundamente hermoso e irónico, es que ahí es donde siempre debemos estar. Don’t get me wrong. No en nuestras casas físicas, construidas con ladrillo y cemento, pero sí en nuestro interior. Conectados con nuestra alma, con nuestro ser, con quien somos en realidad.
¿Qué tan cómodo te has sentido este tiempo? ¿Con quién te tocó vivir la cuarentena? ¿Cuál fue el tema principal? ¿El miedo más profundo? Todas estas son preguntas que me he planteado y que he hablado con la gente que quiero en esas video llamadas que todos estamos haciendo.
Inevitablemente, he llegado a la conclusión que todos estamos viviendo justo lo que debemos atravesar en este momento. Y, ahí, al leer esta última frase, pueden dispararse rabia, miedo, dudas y juicio. ¿Qué pasa con los que han enfermado o muerto? ¿Con los que sufren? Quiero que sepas que los veo y los incluyo y honro sus vidas y sus destinos tal y cómo han sido. ¿Qué sabemos nosotros de lo que sus almas necesitaban experimentar? Además de la enfermedad y la muerte, que parece ser lo único con lo que los medios de comunicación nos han bombardeado durante este tiempo, hay otros aspectos que no se están teniendo en cuenta. Yo estoy convencida de la posibilidad de evolución que hay en cada situación que vivimos. Nos hemos dado cuenta que somos resilientes, que podemos adaptarnos relativamente fácil a las situaciones que la vida nos plantea. Que somos capaces de transformarnos. Que no somos estáticos y podemos elegir movernos, tomar decisiones que nos acerquen más a esa vida con la que soñamos. Las crisis son una tierra fértil. Es ahí en donde se siembran los frutos más jugosos. Porque si no fuera por las situaciones extremas, seguramente, no haríamos mucho. Nos quedaríamos inertes y quietos.
Por eso, te invito a que conectes contigo mismo. A que identifiques cuál ha sido tu mayor aprendizaje durante este tiempo. Que puedas realmente comprender qué patrones has estado repitiendo. Que veas en dónde has dejado tu energía y de qué forma puedes potenciarla al elegir con quién y en qué lugares quieres invertirla.
Regálate un momento.
Respira profundamente. Ten a mano un cuaderno y algo con qué escribir y plasma en el papel lo que sientes. Todos esos dolores profundos. Esas heridas que se hicieron evidentes. Lo que dejaste ir.
Lo que te hubiera gustado tener. Lo que quieres crear.
Prométete que cuando volvamos plenamente a la calle, tú te seguirás escuchando, que sacarás momentos para compartir contigo mismo, que te atenderás y honrarás. Es muy fácil para nosotros caer nuevamente en nuestro modus operandi. Los patrones y comportamientos que están muy profundos, salen con facilidad y de forma casi automática. Depende de cada uno de nosotros, el hacerlo distinto. Yo siento que en estos dos meses he vivido 3 vidas. Me siento una persona distinta. Me he fortalecido. Se que cuento conmigo incondicionalmente. He dicho que no a cosas que antes jamás me hubiera atrevido. He conectado con un profundo sentimiento de amor, de gratitud y de abundancia. He podido identificar cuáles son las más grandes lecciones que me ha dejado todo esta situación. Espero, de corazón, que tú también puedas hacerlo. En cada transformación, hay un regalo.
Los cambios siempre son positivos. Y este recordatorio de la fragilidad de la vida, nos habla, también, de su grandeza. Si sientes que necesitas acompañamiento para procesar todo lo que has vivido, busca ayuda terapéutica. Nosotros estamos contigo.
