Cómo identificar cuál es tu propósito y vivirlo
- por Shadya Karawi-Name
- 17/07/2019

¿Cuál es mi propósito? ¿Cuál es el sentido de mi existencia? ¿Qué vine a hacer a la Tierra? ¿De qué forma puedo hacer que mi vida valga la pena?
¿Alguna vez te has hecho alguna de esas preguntas? Nos pasamos la vida creyendo que hay algo magnífico que tenemos que hacer. Que el propósito es algo que se descubre. Y que genera gran frustración cuando no es así.
Parece, que todos necesitamos hacer algo, demostrar algo. En realidad, se nos olvida lo más importante: nuestro único y verdadero propósito es vivir.
Sí, vivir a plenitud esta vida que papá y mamá nos han dado. Vivir plenamente cada una de las experiencias que atravieso. Sentirlas intensamente. Dejarme mover por ellas. Descubrirme. Conocerme. Compartirme.
Con el paso del tiempo, yo he comprendido que la búsqueda del propósito vital es algo que ha creado mayor separación entre nosotros. Que nos ha hecho creer que tiene que haber una única pasión que nos mueva. Que tenemos que tener claridad y enfoque. Que tenemos que hacer y hacer y hacer.
Hoy, quiero invitarte a que recuerdes que por el simple hecho de estar vivo ya estás viviendo tu propósito. Has venido a este planeta a ser TÚ. Lo más auténticamente tú que puedas. Con tus dudas y tus miedos. Con tus certezas. Con tus múltiples pasiones. Con tus creencias y experiencias.
No hay nada afuera. No hay nada que tengas que descubrir que te dará la alegría, la conexión, la tranquilidad que estás buscando, más que volver al origen, al centro, al inicio. A ese lugar en donde nacer ya cumple un propósito.
Te voy a compartir 5 cosas que en momentos de tribulaciones, de angustia, de preguntas, siempre logran reconectarme con mi existencia, con mi propósito con mi ser:
1 . Disfruta de tus pasiones
Sí, pasiones en plural. Nos han hecho creer que hay que decidirnos por una cosa y enfocarnos en ella. Que podemos tener solo una pasión, un gran amor, una cosa que nos mueva. En realidad, como seres cambiantes que somos, tenemos la maravillosa posibilidad de tener muchas pasiones. Disfrútalas, dedícales tiempo cada día. Vuelvelas una prioridad. Riegalas como esas flores divinas que nos llenan de color cada primavera. Aunque parezca que no están conectadas entre ellas. Aunque quizás creas que no son importantes, o que son tonterías. Disfruta de tus pasiones y la vida te traerá, inevitablemente, más pasiones para disfrutar. Te abrirás las puertas a experiencias que jamás te has imaginado. Abrirás la posibilidad de que entren personas maravillosas a tu vida. Disfrutar de tus pasiones, es disfrutar de la vida, de todo lo que trae, como lo traiga.
2. Recuerda que nada es para siempre
Ni la tormenta más agresiva, ni el arco iris más brillante. Cada experiencia que atraviesas forma parte del plan del todo. De la dualidad que gozamos como seres humanos. Permítete conectar con todas esas otras veces en las que creíste que no podrías, que te hundirías, y mira cómo has sobrevivido. Lo que has aprendido, lo que te has transformado. Si empiezas a recordar que todo es pasajero, dejarás ir de aquello que no puedes controlar. Volverás a estar más presente y te permitirás vivir más plenamente de lo que el aquí y el ahora te regala.
3. Identifica tus valores
Cuando tienes claro qué es lo realmente importante para ti, es más fácil sentir que vives una vida con propósito. Haz una lista de 20 palabras que sean importantes, y ve eligiendo las que mayor relevancia tienen. Quédate con 3 valores que te muevan, que te conecten y asegúrate que tus días estén llenos de actividades y encuentros en donde puedas vivirlos a plenitud. Para mí, la libertad, la conexión y la comunidad son mis valores fundamentales en este momento, y desde que me doy el permiso de darles prioridad, disfruto más de mis días y me siento más tranquila porque sé que todo lo que hago está en coherencia absoluta con lo que mueve mi alma. Date el permiso de que estos valores puedan transformarte en la medida en la que tu te transformas. Siempre puedes elegir nuevos dependiendo del momento vital en el que estás.
4. Honra tus orígenes
No importa cómo sea tu relación con papá o con mamá. No importa si han estado presentes en tu vida o no. No importa qué tanto sabes de tu historia familiar. Cuando recuerdas de dónde vienes y lo agradeces, puedes pisar con fuerza la Tierra. Puedes comprender que tu existencia es el mayor de los propósitos. Que todos esos hombres y mujeres que han estado aquí antes de que tu llegaras lo han hecho lo mejor que han podido y que si cambiáramos a uno de esos personajes, tú no estarías aquí leyendo estas líneas. Solo así podrás tomar con fuerza la vida que ellos te han dado para que hagas grandes cosas con ella.
5. Acompáñate en cada paso que das
Elige el amor propio por sobre todas las cosas. Abraza tu luz y tu sombra por igual. Permítete ser, sentir, expresar. Ponte en primer lugar. Atiende tus necesidades. Pide lo que quieres. Atrévete a ser vulnerable. Compártete. Recuerda que eres único. Cada uno de nosotros lo es y tu vida tiene sentido. Cada pieza del engranaje es importante. Cada pieza cumple una función. Cuando te acompañas y eres amorosos contigo mismo, empiezas a encontrar más y más razones para vivir plenamente y dar siempre lo mejor de ti.
El que estés vivo es parte del plan. Al hacerlo, ya estás viviendo tu propósito. Sé compasivo contigo mismo. Deja de estar buscando afuera algo más grande. Tú eres la grandeza y la magnificencia de la vida hecha persona. Date cuenta que tu vida cumple un propósito, así como cada paso que has dado, cada aspecto de tu historia, cada sentimiento y pensamiento que te han atravesado.
Vive tu propósito. Vive tu vida. Cómo tú quieras vivirla. Bajo tus propias reglas. El mayor bien que puedes hacerle a la humanidad es ese. Vivir. Compartirte por completo. Brillar. Recuerda que cada uno de nosotros es irrepetible. El mundo te necesita y necesita tus regalos. Empieza a vivir. Con propósito. Ahora.
