Desarollo Personal: 10 herramientas que me ayudaron a hacerme amiga de mi misma
- POR Valentina Carbajal
- 10/04/2019

Perdí la cuenta de la cantidad de gente que ha salido y entrado en mi vida. Y solo tengo 25 años. Así que puedo intuir – y también porque aunque no he querido saber escucharlo me lo han advertido – que será una constante. Que me va a volver a pasar. Una y mil veces.
“Incondicional” 1. Absoluto, sin restricción alguna. Una amistad incondicional. 2. Adepto a una persona o a una idea sin limitación o condición ninguna. Así lo define la RAE. Los absolutismos hace tiempo ya dejaron de estar en boga. Aceptar a alguien sin condición alguna, con la infinidad de condiciones que podría haber. Ahora pienso que fui infantil e ilusa. Que estaba claro que alguien incondicional era un imposible. Creo que me aferraba a esta idea porque me aterraba la posibilidad de estar sola. De tener tanto años por delante y tener que tomar una y mil decisiones. Necesitar consejo, y cómo podrían llegar a aconsejarme si no conocían toda mis historia. Si no la habían vivido a mi lado de manera incondicional. Necesitaba establecer vínculos “incondicionales” no para no estar sola. Sino porque en realidad nunca estamos solos. En última instancia, siempre estamos con nosotros mismos. La realidad es que por aquel entonces esa gente que invité a formar parte de mi vida me caían bastante mejor que yo misma. La idea de solo poder contar conmigo hasta el final de mis días me resultaba insoportable. Yo no era confiable, ni inteligente, ni amable, ni generosa. Yo no me cuidaba. ¿Qué sería de mí si no estaban esas otras personas para rescatarme de mi propio autoboicot?
Decir Adiós.
Me enfoque en ser la mejor compañía para todos los demás, me dejé de lado. La mejor amiga, la mejor pareja. Que nadie pudiera reprocharme nada. La perfección, la fidelidad, la entereza. Todo y más para que no me soltaran la mano y me dejaran sola en un mundo que me daba tanto miedo. Pero la vida sucede y la gente se pelea, cambia, comete errores, elige otros caminos. En algunas ocasiones podría haber hecho más. Siento culpa. Aprendí de la pérdida y conforme nos vamos acercando al hoy tengo la conciencia tranquila de que en cada adiós di todo de mí y de que hay cosas que simplemente no están destinadas a ser. O que cumplen sus ciclo. Leí una vez que un alma gemela no es aquella que te acompaña hasta la muerte. Es alguien que un día entra en tu vida, te regala una gran lección y luego sigue su camino. Intento abrazar esa idea hasta que se convierta en verdad. En mi verdad. Hay días que lo consigo, otros no. En algún momento entendí que la vida es imprevisible y muchas veces supera a la ficción. Que no hay que dar nada – ni a nadie – por sentado. Hay otra frase, ésta ya más trillada, que también leí por ahí: no podés amar a nadie si primero no te amas a tí mismo. ¿Acaso no son los clichés verdades repetidas una y mil veces, vestigios del saber colectivo?
Mis diez herramientas infalibles de desarrollo personal
1. Meditar
No me alcanzan las horas para explicar los beneficios increíbles que esta práctica ha traído a mi vida. Fue sin duda un antes y un después y tiene la ventaja de poder sentir efectos más tangibles que el resto de prácticas. Me da paz, me baja a tierra, me permite ver las cosas con perspectiva. Lo que más me asombró de cuando comencé fue la posibilidad que acallar la voz incesante en mi cabeza. No creía que eso fuera posible, lo es. Ahora medito todas las mañanas. Permite que empiece los días con energía positiva. También siento que me ayuda a regular mi ciclo de sueño y mi sistema digestivo.
2. Terapia
Aquí comenzó mi camino de desarrollo personal. El primer paso fue ir a terapia. El segundo llevar una vida más consciente y sobretodo incorporar el maravilloso hábito de la meditación. Las dos personas que abrieron esos dos caminos para mí ya no forman parte de mi vida, desde aquí les sonrío y les agradezco. Empecé a trabajar en mi relación conmigo, bastante escéptica al principio. Pero eso es también lo bueno de la desesperación: uno está dispuesto a intentar cualquier cosa. Incluso amigarse con uno mismo. En mi viaje “descubrí” algunas herramientas que me ayudaron a conseguir mi objetivo. Lo pongo entre comillas porque no descubrí la pólvora. Pero hay cosas que no importa cuánto nos lo repitan, hay que vivirlas en carne propia para poder ser testigo vivencial de sus maravillosos efectos positivos.
Recibir ayuda profesional es de las mejores decisiones que tomé jamás. Existen personas que están preparadas para acompañarte en tu proceso, no tenés que padecerlo solo. Date la oportunidad de explorar varias opciones hasta encontrar al terapeuta que resuene contigo y que te inspire confianza, esto es de vital importancia para lograr buenos resultados. No te desanimes si tenés que hacer varias entrevistas, al final valdrá la pena. Recuerda que una terapia psiquiátrica es siempre accesoria a una terapia psicológica. No consumas psicofármacos sin recibir una acompañamiento psicológico en paralelo.
3. El poder de la naturaleza
Siempre me consideré a mi misma una chica de ciudad. Lo sigo pensando. Pero hay algo en mí que sucede cuando me tiro en el suelo al ver el vaivén de las copas de los árboles o sentir el murmullo de las olas. Existen muchos estudios que hablan sobre los beneficios del contacto con la naturaleza o un baño de mar. Pero creo que nada es más convincente cómo vivirlo. La próxima vez que estés estresado o angustiado intenta ir un momento a la playa o algún parque cercano y fijate cómo te sentís en ese ambiente.
4. Una alimentación consciente es un acto de amor
Nadie ama la comida chatarra más que yo. No voy a venir acá a decirles que eliminen la pizza de sus vidas. Solo les comparto que cuando no estoy pasando por un buen momento intento reforzar aún más la presencia de frutas y verduras en mi dieta. Me hacen sentir más liviana y al mismo tiempo, más fuerte. Básicamente, si ya me siento mal intento no sentirme peor. Si hay algo que me está dañando, me cuido.
5. Actividad física
Esto es especialmente para dos cosas: acallar la mente y asegurarnos una buena noche de descanso. Prefiero descargar la energía en la cinta que estar hasta las 5am dándole vueltas a un tema. Date el tiempo de descubrir cuál de todas las miles de posibilidades que existen vibran más contigo. También date la oportunidad de hacerlo a tu propio ritmo y en la intensidad y frecuencia que sirva para ti. No te compares.
6. La importancia de soltar
Me refiero a soltar en dos sentidos. Por un lado soltar todo aquello que cumplió sus ciclo. Pero más importante aún: soltar lo que tenes trancado en la garganta. Decir todo lo que tenemos que decir, sacarlo para afuera para que no siga creciendo en nuestro interior. Exteriorizar. A veces no es posible tener un intercambio cara a cara o no nos sentimos preparados. Escribir o decir las cosas en voz alta son dos herramientas que me sirven para no cargar con cosas que no me corresponden. Recuerda: lo que resiste, persiste.
7. La música como remedio
Otra categoría con infinitas posibilidades. Desde la música de tu infancia hasta nuevos conceptos de música que trabaja ciertas vibraciones como por ejemplo los mantras o la música clásica. Hay ocasiones en las que estamos cansado de hablar o ya no tenemos qué decir. La música en una manera de sentir y de soltar. Abraza el viaje que te propone la melodía, no presentes resistencias. Y no te olvides de jugar.
8. Agradecer
Gracias es una de las palabras más poderosas que conozco. La gratitud es un sentimiento que hincha tus pulmones y dibuja una sonrisa en tu cara. No importa si al principio no lo sientes. Cuando sonríes y expresas gratitud tu cuerpo lo interpreta. Déjate llevar por el orden contrario y eventualmente, se volverá real. Fake it till you make it.
9. Tomar agua
Siempre debemos de tomar agua. Pero en los momentos en que me siento alterada o angustiada intento alejarme de otras bebidas ya sean alcohólicas o estimulantes. Estas segundas incluyen los refrescos que tienen grandes cantidades de azúcar y también café o té. Al tomar agua le doy a mi cuerpo lo que necesita. Otro tipo de bebidas pueden afectar mi ciclo de sueño o intensificar las sensación de ansiedad o malestar.
10. Todo tiene una razón de ser
Este es de los puntos más importantes y a la vez probablemente de lo más difíciles porque requiere de mucha fe. Habiendo crecido en un hogar ateo este concepto ha sido de los más desafiantes de incorporar en mi vida. Pero a través de muchas lecturas y vivencias comprendí que la fe excede religiones y que hay una razón por la cual atraviesa a tantas personas. Tener fe en que todo pasa por algo me da mucho consuelo en los peores momentos. Y también recordar que siempre que llovió, paró. El cúmulo de estas prácticas ayudan a que tengas una buena noche de sueño. El dormir es esencial para nuestros organismos porque es el momento en que recargamos y procesamos. Es esencial para sobrellevar cualquier problema. Es importante entender que el tiempo y el espacio son relativos. Cada proceso es único y llevará el tiempo que corresponda.
Tiempo presente
Hoy estoy en otro lugar. Disfruto infinitamente de mi compañía y confío en mí. El futuro no me paraliza porque se que tengo una gran compañera de viaje. Entendí la diferencia entre estar sola y estar en soledad. Y creo que mi entorno también lo siente y se ha beneficiado de ello. Agradezco infinitamente por los que ya no están. Agradezco infinitamente por los que están. Pero sé que no los necesito. Los elijo. Y creo que eso es mucho más meritorio. Esto incluye amigos y familia que estuvieron siempre, también nuevas adquisiciones y todos los que vendrán. Los recibo con brazos abiertos. No soy de piedra, los golpes siguen doliendo pero ya no tienen la capacidad de destruirme. Mi paz y felicidad residen en algún lugar de mi interior y están protegidos por una gran fortaleza que sigo trabajando todos los días. Y mi fortaleza también se alimenta de mi vulnerabilidad. Por eso comparto hoy estas palabras.
No tengo la verdad absoluta. Y eso está bien.
No tengo todas las respuestas. Y eso está bien.
No sé si durará mil años o un día. Lo acepto. Ser. Aquí y ahora. De eso se trata.
Gracias infinitas.