El poder de los hábitos positivos

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Vivimos en una sociedad en la que desde muy pequeños nos etiquetan. Y es comprensible, sobre todo como apoyo para los más chicos, poder identificar de forma clara qué sos y qué no sos. Eso te ayuda a ubicar tu rol y tu grupo, a desarrollar cierto sentido de pertenencia y un primer esbozo de lo que más adelante se convertirá en nuestra personalidad y nuestro carácter.

Pero en ese intento de hacernos las cosas más fáciles hay otras a las que renunciamos, o que perdemos en el camino hacia la comodidad y el confort social. Y es que en definitiva ¿se puede decir que alguien de 9 años es o no es de determinada manera?¿Con qué fundamento?¿Cómo se sostiene en el tiempo? Si es que se sostiene…

Se me asignaron muchas etiquetas positivas: inteligente, con carácter (aunque a muchos les parezca más bien negativa), independiente. Escucho que usan esas palabras para describirme desde que comencé la escuela y aún tenía dientes de leche. Quiero creer que son cualidades que aún hoy me representan, o por lo menos puedo asegurar que me siento identificada con ellas.

Pero, también se me adjudicaron otras, no tan buenas, y me cuesta recordar cuándo, cómo o por qué se me atribuyeron, marcándome para siempre. Las dos etiquetas que más me han pesado a lo largo de los años son: desorganizada y mala en los deportes.

¿Qué pasa cuando ponemos en jaque esas etiquetas que supuestamente nos constituyen? Da miedo. Porque quién te asegura que si desmentís una de tus cualidades negativas, no se puedan desmentir también las positivas. ¿Quién sos cuando empezás a desembarazarte de todo aquello que has sido durante tanto tiempo?

Pero, aunque me enfrentaba a una empresa bastante incómoda, no me quedó otra opción porque esas etiquetas tenían pésimas consecuencias en mi vida diaria.

El ser desorganizada rápidamente empezó a pesarme en mi vida como estudiante y posteriormente como trabajadora. Sin duda que se convirtió en una carga horrible de estrés y frustración. Perdí la calma y demasiadas horas de sueño.

El ser mala en los deportes no tenía consecuencias tangibles tan inmediatas, pero seguro que si no hubiera cuestionado está supuesta característica en mí, eventualmente las consecuencias para mi salud habrían sido muy graves.

Con el tiempo entendí que nuestros defectos, las cosas malas, no son inherentemente nuestras. Las adquirimos. Y como todo lo que se adquiere, las podemos perder, dejar de lado, avanzar.

Es por ello que busqué la manera de deshacerme de esas cosas que ya no quería que me definieran, para hacer espacio para nuevas y mejores características.

Si bien la decisión puede ser inmediata, el cambio requiere tiempo.
Reuní una serie de consejos que me han ayudado y espero que alguno de ellos les sirva para poder incorporar nuevos hábitos positivos en sus vidas, y de esta forma, soltar esas etiquetas que ya no vibran con ustedes:

Cómo generar hábitos positivos:

1. Fijar un período de tiempo

Existe la creencia popular de que la manera de incorporar un nuevo hábito es repetirlo durante 21 días. Yo nunca lo he probado pero sin duda que la repetición es clave para que esa nueva actividad se convierta en parte de tu rutina. Puedes intentarlo por la cantidad de tiempo que sea, algunos dicen que es un mes, otros tres meses. También hay actividades que no hacés necesariamente todos los días, entonces podrías establecer un ritmo semanal o quincenal.

La clave es saber con qué frecuencia lo vas a hacer y por cuánto tiempo. Puedes establecer un día en concreto, por ejemplo todos los martes y jueves, o darte la libertad de comprometerte a dos días de la semana sin especificar cuáles. Dependerá de si sientes que necesitas más estructura o más libertad. Todo es prueba y error.

2. Seguimiento

Algo que me ha ayudado tremendamente a incorporar ciertas prácticas es llevar un registro. Puedes hacerlo de manera manual en una libreta o en tu agenda. Esta idea la saqué de ver tutoriales en YouTube sobre Bullet Journals que suelen tener una sección que se llama Habit Tracker. Es especialmente bueno si eres una persona visual. Puedes usar un código de color, hacer cruces, tachar o lo que te resulte más cómodo.

Ahora estoy llevando el registro de manera digital. Al principio usaba una hoja excel pero después descubrí unas apps que sirven especialmente para esto. La que estoy utilizando se llama: Loop Habit Tracker. Es gratuita y muy fácil de usar. Al abrirla ves tu lista de hábitos. Puedes dividirlos con código de color si por ejemplo unos están relacionados con tu salud y otros con la organización de la casa. Luego puedes clickear en cada hábito para ver cómo ha sido tu constancia durante el mes.

El llevar un registro me resulta muy útil para no perder de vista esos hábitos que no tienen una fecha específica o un lugar preciso en mi rutina.

3. Baby steps

He leído bastante sobre cómo incorporar nuevos hábitos y todo el mundo parece estar de acuerdo en una cosa: es importante empezar de a poco. Si el día de mañana te propones incorporar 20 hábitos a la vez, probablemente no lo consigas. Comienza por una cosa y una vez lo tengas dominado puedes seguir con la siguiente. Es mejor asegurarte que efectivamente lo incorporaste, que acumular muchas tareas y al final no terminar haciendo ninguna.

Puedes hacer una lista y luego identificar en qué orden quieres incorporar estas nuevas prácticas a tu día a día.

4. Visualizar quién quieres ser

Cuando era chica me encantaba jugar a las Barbies. Vestía a mi muñeca favorita y recreaba su rutina diaria. Mi Barbie se levantaba temprano, se vestía e iba a hacer ejercicio. Me da gracia como siendo tan pequeña tenía las prioridades tan claras. Sin embargo, entrenar me cuesta horrores y jamás lo hago ni bien comienza el día. Pero esa chica que se levanta temprano y va al gym es la persona que sigo queriendo ser. Y solo depende de mí misma cumplirlo (cumplirme).

Existen muchos preceptos de cómo debería ser la vida ideal y a veces es difícil identificar qué cosas queremos o debemos hacer. Una manera fácil de decidir es pensar quién queremos ser, cómo sería la mejor versión de nosotros mismos. Luego, es bastante más claro ir hacia atrás e identificar qué hábitos tenemos que incorporar hoy para poder llegar a ese objetivo. A la vez, saber por qué hacés lo que hacés y hacia dónde te diriges es una de las mejores motivaciones.

5. Dejar de lado el perfeccionismo

Este es uno de los puntos más importantes. Sobretodo teniendo en cuenta que cuando comienzas a hacer algo, tienes que empezar de cero. Entonces, una de las maneras de asegurarte de que vas a incorporar ese hábito es permitirte a ti mismo ser un principiante.

También se trata de comprender que todos tenemos nuestro puntos fuertes y nuestros puntos débiles. Yo no soy capaz de trazar una línea recta a mano alzada ni hacer lettering. Pero eso no implica que no pueda armar un calendario funcional y práctico que me ayuda a organizarme.

6. Buscar inspiración

Ya sea para mantenerte motivado o para entender cómo se hacen las cosas. Hoy en día podemos encontrar inspiración por todas partes. Instagram y Pinterest son mis herramientas favoritas. También tutoriales de YouTube donde te muestran el paso a paso de ciertas prácticas.

Por ejemplo, yo me vi un video en YouTube sobre cómo organizar el calendario de estudio cuando tienes varios exámenes por delante. A veces hay cosas que parecen muy simples, pero cuando vemos exactamente cómo es que lo hacen otros se hacen mucho más fáciles. El mundo está lleno de gente que ya superó lo que nosotros estamos enfrentando ¿Por qué no aprender de los demás?

7. La práctica hace al maestro

Estoy segura que perdemos el mismo o tal vez más tiempo pensando en que tenemos que hacer algo en vez de efectivamente hacerlo. Procrastinar es y se siente horrible.

A mi me ayuda, a la hora de enfrentarme a algo nuevo, que solo hay un primer día. Después de eso todo va en subida.

8. Vivir en el ahora

No importa si en el pasado nunca hiciste eso que ahora quieres hacer. Tampoco importa si no te ves a ti mismo practicándolo en un futuro. Recuerda que el pasado no existe y el futuro es una ilusión. Solo tenemos el momento presente. Si en el ahora estás corriendo, ya eres un corredor. Si en el ahora estás cumpliendo con tus obligaciones, ya eres una persona responsable. Si en el ahora hiciste una rica cena, eres cocinero. Concéntrate en el ahora y celebra cada victoria.

9. Habla con tus conocidos, déjate asesorar

Probablemente tengas personas a tu alrededor que tienen incorporada a su rutina ese hábito que vos también querés practicar. Ya sea amigos o familia, hablá con ellos y déjate asesorar. Contales cuál es tu problema o qué es lo que querés comenzar y qué te recomiendan. Esto es lo que yo hice y me ayudó un montón. Además, como les conté ahora me preguntan y eso me permite tener un seguimiento y que me sigan aconsejando en cuanto a los obstáculos que se me van presentando en el camino.

No tienes que llevar a cabo todos los pasos, tal vez uno o dos te sean suficientes para incorporar estos hábitos que quieres empezar a practicar. Usa estos consejos para incorporar a tu rutina de una vez por todas esas actividades que siempre quisiste hacer. Date la oportunidad de vivir la vida que sueñas, te lo mereces.