Hablemos sobre resiliencia

“El mundo nos rompe a todos, y después muchos se vuelven más fuertes en los lugares rotos”

E. Hemingway
Share on facebook
Share on linkedin
Share on twitter
Share on whatsapp
Share on email

¿Qué es resiliencia?

La resiliencia, en términos simples, es la capacidad de hacer frente a eventos dolorosos y convertirlos en una fuerza motora de crecimiento. Esto quiere decir que más allá de ser una persona optimista, una persona resiliente toma las riendas de su felicidad al saber que no importa qué tan doloroso sea un evento, podrá salir adelante, aprender y fortalecerse de ello.

¿Podemos todos llegar a ser resilientes?

¡Sí, sí y sí! Nadie nace siendo naturalmente consciente y con todas las herramientas de inteligencia emocional integradas en su sistema. Ser resiliente no es una característica reservada solo para unos cuantos. Todos y cada uno de nosotros puede, en base a hábitos, herramientas y a una sincera apertura de nuestra mente y corazón, llegar a ser personas que aprenden y se enriquecen incluso de las experiencias más dolorosas.

La historia de la humanidad es un claro ejemplo de resiliencia, imagina: ¿Cómo podrían los sobrevivientes de una guerra seguir viviendo si esto no fuese así? E incluso en todos los procesos que cada uno de nosotros tenemos que vivir ¿Cómo podríamos sobrevivir a perder a un ser querido? ¿O al rechazo? ¿O a una ruptura? ¿O a un trauma? Podemos, porque los seres humanos somos seres resilientes.

10 Cosas que tener en mente para ejercitar nuestra capacidad de resiliencia

1. El dolor es inevitable, el sufrimiento es opcional

Es así, el dolor es parte de los procesos de la vida, todos y cada uno de nosotros ha experimentado o experimentará momentos dolorosos como parte de su camino.

Cuando perdemos a un ser querido o pasamos por cualquier tipo de evento doloroso, es importante vivir todas las emociones que esto trae consigo, llorar, tomar un tiempo y espacio, vivir el duelo, recuperarnos poco a poco. ¿Por qué? Porque el dolor demanda ser sentido, no es aconsejable ignorar, tapar, o tratar de no sentirlo. Es importante dejarlo estar, darle la bienvenida, darle gracias, perdonar(nos) y después dejarlo ir en su debido tiempo y cuando estemos listos.

Es importante para alcanzar la resiliencia no cargar el dolor como una mochila a donde quiera que vayamos. Es muy importante decidir con convicción y tenacidad que aunque el dolor es inevitable, elegir el sufrimiento prolongado es una decisión completamente opcional.

2. Primero tú y luego los demás: Cuídate

Este es, sin duda, un pilar importantísimo de la resiliencia. “Si no te amas a ti, no podrás amar a nadie más” ¿Cuántas veces en nuestra vida cotidiana, como padres, madres, hijos, hermanos, parejas o profesionales, nos olvidamos de nosotros mismos? Desarrollar nuestro cuidado personal, desde nuestra mente y espíritu, hasta el cuidado de nuestro cuerpo y la integración de hábitos saludables que trabajen a nuestro favor, son un pilar clave, no solo de la resiliencia, si no del principio básico de tener una vida más equilibrada y feliz.

¡Cuídate! Mereces descansar, respirar, parar un momento, darte espacio para ti mismo. Esto te ayudará a estar en una mejor sintonía con tus emociones y te hará más fuerte en el momento de enfrentar cualquier reto que se presente.

3. Vive el presente: Un día a la vez

Vivir un día a la vez. Casi siempre nos enfocamos en el pasado o nos preocupamos por el futuro y nos olvidamos que el único momento que realmente tiene toda la importancia es el presente. Vivir fuera de él, normalmente nos trae mucho sufrimiento innecesario. Con esto no estoy diciendo que esto sea un ejercicio fácil, pero es, absolutamente gratificante intentarlo. ¡Sé feliz hoy! Aprecia los pequeños detalles. Si logras hacer de este momento el mejor que esté en tus capacidades, puedes asegurarte de que tu futuro será maravilloso.
Este concepto es muy importante dentro de la resiliencia por que cuando pasamos por un evento doloroso a menudo pensamos que será doloroso eternamente. “No hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo aguante”, dice el refrán popular. Entonces, vivir el día a día nos enseña a recordar que, aunque suene trillado y sea muy difícil de creer en un momento de dolor, esto también pasará.

4. Trata de ver la película completa

La herramienta poderosa de entender que todo pasa por una razón. ¿Cuántas veces nos ha pasado que al recordar un momento de pérdida o dolor nos damos cuenta que sin ello no seríamos la persona que somos hoy? Ver la película completa nos ayuda a tener certeza de que, con el tiempo, nos daremos cuenta que el dolor nos ha dejado lecciones invaluables.

5. Entorno: Rodéate de personas positivas

Rodéate de personas con una visión positiva y constructiva, a los que puedas acompañar y dejar que te acompañen en los momentos difíciles. Amigos y familia que sumen y aporten a tu deseo de tener una vida donde la resiliencia juega un papel importante.

6. Confía en ti

Este es uno de mis argumentos favoritos. Cuando nos imaginamos a nosotros mismos pasando por un momento difícil, muchos de nosotros tenemos miedo a quedarnos estancados allí, a no ser capaces, a no poder, a simplemente ser impotentes ante la situación y pensamos que si algo pasa, no lo superaremos. Elegir este miedo sobre todas las cosas, nos traerá mucho dolor en sí mismo, nos impedirá vivir una vida plena, nos dejará paralizados en el momento.
Por eso, es muy importante que la confianza empiece en ti. Confía en que no importa qué tan duro sea lo que sea que estés pasando, eres un ser completamente capaz de superarlo, aprender y seguir adelante. Eres un ser increíble.

7. Aprende a soltar

Como lo repite miles de veces Mabel Katz, la conferencista y maestra de Ho’oponopono: ¡Suelta y confía! Al estar en un momento desafiante o doloroso, una gran herramienta es soltar.

Soltar se refiere a la idea de dejar ir el control, confiar en la vida y tener certeza de que todo es perfecto en el momento que sucede. Es parar un segundo nuestras reacciones naturales a los problemas y desde ese lugar volver al equilibrio sabiendo que lo único que podemos controlar son nuestras propias reacciones a los problemas.

8. Haz las cosas que te hacen feliz

Baila, canta en la ducha, haz deporte, da paseos por la playa, viaja. ¿Qué te hace feliz? Encuentra un trabajo que disfrutes. La felicidad es el secreto de la abundancia. Hacer todo aquello que nos haga felices día con día es exactamente nuestro propósito en la vida. Por esto mismo es, sin duda, algo que te ayudará a ser una persona resiliente.

9. Compartir y pensar en los demás

Te preguntarás, ¿cómo después de aconsejarte que pienses en ti, el consejo es que pienses en los demás? Es tan simple como que compartir con los demás, dar nuestro tiempo, recursos o lo que sea que esté a nuestro alcance, eleva nuestro espíritu y nos ayuda a sanar nuestras propias heridas.
Así que sal de tu cascarón y con pequeños o grandes gestos piensa también en el bienestar de los demás. Cuida de alguien más. Comparte un poco de ti y eso te fortalecerá de una manera inimaginable.

10. Pide ayuda

Que fácil suena y qué difícil es, casi siempre tenemos en mente que tenemos que pasar por todos los desafíos de la vida solos, intentando encontrar todas las respuestas por nosotros mismos. Pues déjame liberarte de tanta presión ¡No tienes que hacerlo solo! Pide ayuda, habla con las personas en las que confías, quizá piensa en la idea de comenzar un proceso terapéutico, medita, solo tú sabes cuándo y cómo hacerlo, nadie puede ejercer ningún tipo de presión en ti, pero definitivamente, si estás pasando por un mal momento y necesitas ayuda: Pídela, la encontrarás.

Y tú, ¿Cómo conectas con tu capacidad de ser resiliente? Cuéntanos alguna experiencia donde un momento de dolor te haya impulsado a crecer y a aprender. Estamos aquí para ti.