Los buenos hábitos, la mejor herramienta contra la ansiedad y la depresión

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Cuando hablamos de salud, una de mis palabras favoritas es PREVENCIÓN, esa capacidad de mantenernos o de anticiparnos a lo insano o perjudicial, pero no solamente nos permite evitar, sino que también nos hace capaz de fortalecer habilidades personales, nuestra autoestima y motivación. Y la mejor manera de prevenir, es educarnos en aspectos de salud, conocer más acerca de nuestro cuerpo-mente, identificar y practicar lo que nos beneficia, y disminuir o eliminar lo que nos perjudica.

Y aquí viene otra palabra crucial, los HÁBITOS, ¿Qué sabemos de ellos y por qué son tan importantes en nuestra salud? Para mí, los hábitos significan esas pequeñas costumbres que realizamos de manera cotidiana, y que de manera consciente o inconsciente definen nuestra vida. Unos hábitos saludables pueden construirnos un camino de bienestar o libertad, pero unos hábitos negativos pueden esclavizarnos y hacernos prisioneros de nuestro propio sufrimiento.

Como hábitos negativos pudiera mencionar a la procrastinación, el juzgar, fumar, tomar alcohol, ser sedentarios o ir a la cama tarde (Recuerda que cuando hablo de hábitos, me refiero a acciones constantes, por lo que, si el fin de semana te fuiste a dormir a las 03am, no pasa nada, solo evita que se convierta en algo frecuente). Y luego tenemos a mis favoritos, los hábitos positivos o saludables, como leer, respirar, meditar, hacer ejercicio físico, comer balanceado y descansar correctamente.

El poder que tienen los hábitos positivos es que funcionan como medicina de manera literal, igualando a las pastillas o medicamentos tradicionales en muchos sentidos, y fortaleciendo a nuestro sistema inmunológico. Con esto no quiero decir que tires todas tus pastillas a la basura, no me mal entiendas, los avances de la medicina clínica son respetables y nos han permitido evolucionar y aumentar nuestra calidad de vida, pero lo que sí debemos evitar es el automedicarnos o tomar pastillas por tomar.
Ahora te quiero explicar a nivel psicológico, todos los beneficios de los hábitos positivos para tu salud mental, y como te pueden ayudar a sanar y prevenir malestares innecesarios.

1. Recientes investigaciones afirman la relación positiva de una alimentación balanceada con nuestro estado de ánimo, una dieta alta en vegetales, frutas, legumbres, nueces y semillas puede contribuir a prevenir la depresión y disminuir las sensaciones de ansiedad. También sabemos que una correcta alimentación puede aumentar nuestra energía y productividad.

2. El ejercicio físico es de los mejores aliados para la mente ya que influye directamente en la producción del famoso “cuarteto del bienestar”, compuesto por serotonina, dopamina, oxitocina y endorfina. Estos neurotransmisores nos permiten desarrollar sensaciones de felicidad, placer o relajación, mejorando nuestra condición física y aumentando nuestra confianza (*A tu autoestima le gusta esto 😊)

3.La meditación o práctica de atención plena suele tener el poder de “vaciarnos la mente” y mejorar nuestra concentración. También nos ayuda a disminuir la producción del cortisol (hormona del estrés) y aumenta los niveles de serotonina, estos cambios nos generan sensación de calma y nos permiten vivir más en el presente.

4. Dormir de 7 a 8 horas disminuye la actividad de nuestra amígdala, la zona cerebral encargada de las reacciones relacionadas al peligro, por lo que durmiendo las horas correctas lograremos sentirnos más descansados y serenos (menos ansiosos). Sófocles decía que el sueño “es la única medicina efectiva”, ya que no solo ayuda a mi mente, sino que permite el mantenimiento de prácticamente todos los procesos del cuerpo.

5. Para nuestra salud también es importante incluir hábitos de pensamiento como el optimismo, ya que se basa en la plasticidad y en la esperanza. Ser optimista no es ser irrealista, es apostar por la mejor alternativa, enfrentando los problemas con soluciones y no con quejas.

Y te hablo con algo más que base científica, te hablo con experiencia, porque en mis tres años trabajando con pacientes que sufren de ansiedad y estrés, puedo ver con claridad la diferencia en la recuperación de quienes practican hábitos saludables en comparación con los que no. Es importante saber que nuestra salud no depende solamente de nuestra genética, y que muchas de nuestras enfermedades crónicas actuales tienen su origen en nuestra conducta. (Infartos, diabetes, obesidad, estrés, depresión, etc) lo que nos hace grandes responsables de nuestro presente y bienestar.

Existen muchos otros hábitos positivos que puedes incluir en tu día a día para vivir con mayor plenitud y tranquilidad, como la planificación, compasión, gratitud, estiramientos, hidratación, etc. Lo importante es que practiques los que coincidan con tu estilo de vida y valores, sin agobiarte o buscar el perfeccionismo.

Si toda esta información es reciente para ti y no sabes por donde empezar, siempre puedes buscar apoyo con algún profesional de la salud, consulta con tu médico de cabecera los cambios que te gustaría incluir en tu vida o busca en tu localidad formaciones relacionadas. Es un tema que ha cogido fuerza en los últimos años, por lo cual tenemos cientos de recursos disponibles para iniciar el camino de los hábitos saludables.

También ten en cuenta que incluir hábitos en nuestra vida es una pequeña ciencia porque al cerebro le gusta la rutina y la práctica, por lo cual amerita tiempo y disciplina, pero de nuevo, será la mejor inversión de tu vida.