Por qué conectar con tus ancestros te libera

Share on facebook
Share on linkedin
Share on twitter
Share on whatsapp
Share on email

No estamos solos. Aunque, a veces, sintamos que sí. Venimos de generaciones y generaciones y generaciones de hombres y mujeres que han estado aquí antes que nosotros. Abriendo el camino, dando vida y haciendo, lo mejor que han podido, algo de esta experiencia humana.

¿Qué sabes sobre tus ancestros? ¿Conoces tu historia familiar? ¿Alguna vez te has preguntado cómo lo que vivieron ellos puede estar afectándote en tu vida o influyendo en las decisiones que tomas?

De la misma forma en la que tenemos el pelo de papá y los ojos de mamá, cargamos información ancestral dentro de nosotros, de la que, en la mayoría de los casos, ni siquiera somos conscientes. Creemos falsamente que todo surge, emana o tiene que ver con nosotros, cuando, en realidad, hay lealtades invisibles que están tejiendo tu historia.

Te explico más. Si mirando hacia atrás, te das cuenta que muchos hombres en tu familia han muerto jóvenes, dejando solas a sus mujeres con hijos pequeños y que ellas han tenido que vivir muchas dificultades y han sufrido para sacar a su familia adelante, esto puede estar afectándote ahora mismo. ¿Qué crees que puede pasar contigo?

Si eres mujer, quizás te enfoques en tu carrera profesional o te cueste mucho establecer una relación de pareja estable. O puede, incluso, que lleves mucho tiempo intentando quedar embarazada y no lo has conseguido, aunque médicamente todo esté bien. Hay un peligro inminente, en el inconsciente colectivo de tu sistema familiar. Tú, para no enviudar, para no sufrir, te quedas sola o no tienes hijos, para no vivir lo mismo que tus ancestras.

Sí, ya sé, a veces puede sonar absurdo y puedes estar preguntándote ahora mismo qué tiene que ver todo eso contigo. Te prometo que no es algo consciente, no es algo que tu mente comprenda, pero en tu inconsciente, tu historia familiar puede estar generando algún bloqueo.

Casos así, he visto muchos. Tanto en mi propia vida, como en las consultas con mis pacientes. Un bisabuelo del que no tenían consciencia porque nunca lo conocieron que tuvo que trabajar muy duro para ganar dinero. La abuela de clase alta y pudiente que se fue con el mayordomo. El tío abuelo que se fue a la guerra. La tatarabuela que murió en el parto. Y, así, generación tras generación ha ido grabando memorias y ha hecho todo lo posible o por repetirla o por irse al opuesto.

Por eso, hoy quiero invitarte a que conozcas más a fondo tu árbol familiar. A que hagas preguntas e intentes reconstruir tu historia. A final de cuentas, de ahí vienes. Gracias a todos ellos, tú has recibido la vida.

Se que puedes tener muchas dudas en este proceso. ¿Qué hago con la información? ¿Qué pasa si no consigo saber nada? ¿Y si soy adoptado? ¿Y si no puedo acceder a más cosas? ¿Y si ya se murieron los que podían contarme algo? No te preocupes, no pasa nada. Muchas veces (la gran mayoría, incluso, diría yo) no tendremos toda la información que queremos tener, y eso está bien. Simplemente con estar abierto y receptivo a conectar con tus ancestros ya es más que suficiente. La comprensión que trae saber que todos ellos existieron antes que tú y que yo ya es poderosa. Aunque no te sepas sus nombres, ni sus historias.

Quiero compartirte una pequeña oración para que puedas conectar con tus ancestros y sentir toda su fuerza contigo. Ponte en una posición cómoda. Inhala. Exhala. Hazlo 3 veces. Inhala. Exhala. Inhala. Exhala.

Ahora repite en silencio o en voz alta:

Amados ancestros:

Yo los veo, los reconozco y les doy su lugar.
Tomo con fuerza la vida que me han dado y la agradezco.
Hoy veo sus historias y todo lo que han vivido.
Y, a todo eso, le digo sí.
Durante mucho tiempo he cargado con cosas que no me pertenecen.
Lo he hecho por amor a ustedes.
Ahora, ha llegado el momento de dejarlo ir.
Les entrego lo que les pertenece.
Ustedes con lo suyo y yo, con lo mío.
Yo ya no me hago cargo.
Se que lo hicieron lo mejor que han podido.
Yo ahora elijo hacerlo distinto.
Les pido que me miren con buenos ojos y que me bendigan, para yo hacer grandes cosas con mi vida.
Permítanme sentir su infinito amor, su respaldo, su apoyo.
Ahora y para siempre, elijo recordar que no estoy solo, porque ustedes, a través del amor, siempre están conmigo.

Repite esta oración, las veces que lo necesites. Y, luego, está pendiente de tus sueños, de las señales, de la información que te llega. Nuestros ancestros siempre encuentran la forma de comunicarse con nosotros. Recuerda, no estás solo.