Terapia Gestalt: Qué significa para mi
- por Emma Ruiz
- 19/06/2019
- autor invitado

Me convertí en terapeuta de Gestalt después de muchos años de hacer todo tipo de cursos de desarrollo personal, leer muchos libros de autoayuda y buscar respuestas sobre mí misma, el significado de la vida y cuál era mi propósito en este mundo.
Sentí la necesidad de entender lo que sentía por las cosas, por qué mis relaciones eran como eran, por qué parecía que siempre tropezaba con las mismas piedras y, bueno, tu ya me entiendes ¿verdad? Sin embargo, después de muchos años de búsqueda, faltaba algo. No parecía llegar lo suficientemente profundo, estar lo suficientemente conectada, así que seguí buscando.
Luego, una semana de Pascua, me apunté a un curso llamado “Abriendo tu corazón al amor”, donde conocí a un terapeuta de Gestalt que resonó conmigo al 100%. Al final del curso, le dije que quería hacer una sesión con él y aprender más sobre la terapia Gestalt. Tuve mi primera consulta y mi vida nunca ha sido la misma desde entonces.
Comencé mi propio proceso Gestalt que me dio las herramientas para empoderarme y descubrir todas las cosas que me impedían ser la mejor versión de mí. Inicialmente fui a verlo porque no estaba contenta con mi matrimonio y no tenía fuerzas para dejarlo, pero el proceso me llevó a lugares que tenía que abordar antes de poder enfrentar la demanda inicial.
No fue hasta que hice el trabajo sobre mí misma que pude divorciarme de mi esposo de una manera consciente y amorosa. Mientras hacía mi trabajo, también decidí que la terapia Gestalt era mi vocación y que iba a formarme para hacer lo que siempre había soñado: apoyar a las personas en su viaje de autodescubrimiento.
¿Qué es la terapia?
La idea que tienen muchas personas sobre la terapia está relacionada con las enfermedades mentales. Para muchos, una persona que va a terapia es alguien que tiene una enfermedad mental o padece un trastorno mental.
Si bien es cierto que las personas que padecen enfermedades mentales van a terapia y pueden usar medicamentos dependiendo de su condición, no todas las personas que van a terapia padecen un trastorno mental. Creo que es importante mencionar esto porque todavía hay un gran estigma en torno a hacer terapia.
Es realmente un doble estigma. Por un lado, existe la idea de que debe haber algo que no funciona bien en ti si vas al terapeuta, y por otro lado, existe el estigma de que las enfermedades mentales son algo de lo que nadie debe hablar. Como si un trastorno mental fuese peor que tener cáncer terminal o SIDA. Es como si la mente fuera una especie de órgano embrujado en nuestro cuerpo.
Parte de esto tiene que ver con el hecho de que todavía sabemos muy poco acerca de la forma en que funciona en comparación con otras áreas de nuestro cuerpo. Sin embargo, se están haciendo avances y la educación nos está mostrando la importancia de la salud mental.
La psicoterapia es lo que nos ayuda a aprender a lidiar con nuestras emociones, identificar nuestros sentimientos, enfrentar nuestros miedos, desarrollar el amor propio, el auto-respeto, establecer límites saludables, nos brinda las herramientas para enfrentar mejor el estrés, aprender a vivir en el Presente más que en el pasado o futuro, nos ayuda a alinear nuestros pensamientos con nuestros sentimientos y nuestras acciones para ser coherentes con lo que realmente somos.
Entender cómo funcionamos, quiénes somos en el fondo, cuáles son nuestras creencias limitantes, qué valores tenemos, a dónde queremos ir, contribuye a nuestra felicidad como seres humanos y nos ayuda a mejorar la relación que tenemos con nosotros mismos y, en consecuencia, con los demás. Entender que el cambio es parte de la vida y que siempre comienza con nosotros mismos. Así es como la terapia puede ayudarnos.
La terapia Gestalt se basa en cuatro pilares centrales:
1. Darse cuenta
El cliente puede darse cuenta de un problema y, al ir más profundo, tomar conciencia de lo que hay detrás de ese darse cuenta.
2. Aquí y ahora
En Gestalt siempre trabajamos con lo más inminente que está presente en el momento de la sesión, ya que creemos que solo existe el ahora con el que podemos trabajar. Por supuesto, eso probablemente nos llevará más lejos, pero no empezamos a trabajar recordando el pasado.
3. Auto-responsabilidad
El tercer pilar es la Auto-responsabilidad, es decir, aprender a ser responsable de lo que es nuestro y saber qué es nuestro y qué es del otro. Esto es de suma importancia ya que desarrolla el auto-soporte y la confianza en sí mismo.
4. Aprender a aceptar todo lo que somos con compasión y amor
El cuarto pilar es aprender a aceptar todo lo que somos con compasión y amor, no solo las partes que nos gustan de nosotros mismos, sino todas las partes que queremos cambiar desesperadamente. No hay cambio posible desde el rechazo, por el contrario, como dijo Carl Jung: “No podemos cambiar nada a menos que lo aceptemos”.
Creo que la terapia nos ayuda a ser seres humanos completos integrando nuestros cuerpos, mentes y almas. De la misma manera que alimentamos nuestros cuerpos y hacemos ejercicio para estar en forma, nuestras mentes y almas también necesitan ser atendidas. ¡Qué diferente sería este mundo si todos nos cuidáramos de forma integral! La maravillosa noticia es que: nunca es tarde para empezar.
